Búscame donde acaba el horizonte,
allá donde los sueños cobran vida,
donde el alma se viste de ilusiones,
donde no exista puerta de salida.
Búscame en tus latidos de deseo,
en la lágrima esquiva que derramas,
en la noche en que escuchas al silencio
repitiéndote con fuerza que me amas.
Búscame en las caricias inventadas,
en un instante de tu pensamiento,
en un escalofrío que traspasa
y en el susurro que transporta el viento.
Búscame en el aroma de una rosa
o en la tierna lectura de un poema,
en el fuego que nace de la llama
que te atrapa y te llama... aunque te quema.
Búscame en esa luna que nos baña,
o en las mágicas notas de armonía,
en el agua que brota en la montaña
o en el aura que irradia el alma mía.
Búscame en la penumbra de la noche...
en la luz que brota al nacer el día...
en el brillo que irradia una mirada...
¡ven, búscame y ámame... vida mía!
Isabel
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