
Hoy vuelvo a retomar mi soledad
perdida en el tumulto de la gente,
nado cada día contra corriente
huyendo del barullo y la ansiedad.
A solas yo me enfrento a mi verdad
buscando el equilibrio de mi mente,
ansiando una paz tan ambivalente
que me haga recobrar mi identidad.
Mi amiga soledad, fiel consejera,
odiada y deseada en el exceso,
decreto de un silencio que inconfeso...
se duerme junto a mí en mi cabecera.
La abrazo, y entre sueños le confieso,
amiga, tu eres ya mi compañera.
Isabel
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